
De Brian Froud y Textos de Jessica Macbeth
El Fauno carta nº 35
Entender la naturaleza de la Naturaleza. Sabiduría natural. Magia natural.
El alegre e irreprimible fauno que danza en el jardín, disfruta en los bosques y juega en las praderas, canta “! Ven a bailar conmigo ¡” Él es quien conoce los secretos naturales, quien sabe donde están escondidos los nidos del ruiseñor, donde se ocultan los ratones, quien vive en la madriguera del conejo y donde les gusta danzar a los duendes.
El nos enseña a entender, apreciar y expresar la parte de nosotros que danza a la luz de la luna con las hadas, que canta con los pájaros a la estrella de la mañana y susurra en el florecer de las flores. Ésta también es la parte de nosotros que planta flores y con una caricia amable les dice” benditas seáis, creced”, y provee la energía curativa para que hagan exactamente eso. Sin barullos, sin molestias, simple intención y magia natural humana.
La magia natural es simple. Todos estamos llenos de ella, y cuantos más fieles somos a nuestra naturaleza, más acceso tenemos a nuestra magia. Cuando nos quedamos pillados en las limitaciones autoimpuestas o culturales, inhibimos el flujo energético que nos atraviesa, que es la melodía de la canción del Éxtasis del cosmos (carta numero 2). Una vez que nos hemos cerrado, volver a abrirnos a esa canción puede ser un asunto largo y complejo. Requiere una cuidada reflexión y autoobservación, y quizá también la ayuda externa en forma de terapia o de simple amistad. No obstante, el proceso de apertura se hace más fácil y suave si permitimos que Mamá Naturaleza y nuestra propia magia natural nos ayuden.
Pasar tiempo en jardines, parques, bosques y espacios abiertos nos ayudan a reconectar y también lo hace cultivar hierbas, flores y perfumados geranios en tiestos en nuestros ventanales. También podemos mirar las estrellas, observar el estado del cielo y escuchar el viento. La simple observación de los procesos y cambios del mundo natural siempre es una ayuda.
Mamá Naturaleza siempre tiene algo entre manos; ningún lugar natural es idéntico dos segundos seguidos. La vida es un proceso, no una estasis. Nosotros somos procesos, no cosas. Cambiamos constantemente, incluso cuando nos resistimos, o cuando creemos que estamos estancados. “! Ven conmigo!”, canta el Fauno, tirándonos de la mano. Ciertamente es inútil luchar contra el flujo del Universo, de modo que más nos vale danzar con él. El estancamiento es una ilusión. El Fauno dice: “! Danza conmigo y todo saldrá bien!” ¿Y sabes qué?: tiene razón. Muchos de nuestros bloqueos se resolverán más rápidamente si conectamos con él, abriendo nuestro corazón a Mamá Naturaleza. Ellos también están llenos de magia, como nosotros.
Al derecho: La magia natural se está desplegando. El hecho de que las cosas fluyan casi sin esfuerzo es un signo de que la magia natural está funcionando. ¡Disfrútala! Una parte muy importante de la magia natural es permitir que la energía que la energía fluya a través de nosotros: no la empujes, no trates de controlarla; simplemente danza con ella. Confía en ella. Y recuerda que debes seguir volviendo a la fuente de inspiración y mantener tu corazón lleno de luz.
Invertida: En esta situación- y probablemente las personas implicadas- se ha quedado empantanada en una energía lúgubre y necesita un soplo de aire fresco. Organiza una comida campestre o ve a pasear por el parque o por el campo con los demás implicados e invita a las hadas a que os acompañen y ayude a armonizar el ambiente. Si no puedes hacerlo, regala a esas personas alguna planta, preferiblemente con flores. Vuelve a tu ser natural. Toma conciencia de los ciclos del sol y de la luna, y del siempre cambiante y fluyente equilibrio de Mamá Naturaleza. Vive en armonía con él. Haz ejercicio. Come bien. Limpia las toxinas que la vida “civilizada” deposita en tu sistema. Sal y habla a la Señora Luna tan a menudo como puedas. Devuelve la sonrisa que te envía el Padre Sol.