domingo, 11 de enero de 2009



El MUNDO DE LA INTUICIÓN 2




Emprender el camino intuitivo


Dejarse Llevar





Todos somos capaces de conectar con más información de la que creemos, puesto que cada uno de nosotros ya está conectado a una fuente universal de conocimiento. Imagínate esa fuente como un puerto bullicioso, ubicado en la orilla de un río. El río pasa por pueblos y ciudades, comunicándolos con el puerto. Del mismo modo, todos estamos en contacto con nuestra fuente intuitiva- un inmenso caudal de información- a través de lo que yo denomino la corriente o el fluir. La corriente constituye el enlace de cada individuo con una conciencia que fluye e informa incesantemente.

Pero si es cierto que estamos conectados a esa fuente ¿porqué todos no tenemos las respuestas que precisamos? En realidad las tenemos, pero a menudo nos fallan los canales de comunicación. Dicho con otras palabras, nuestra conciencia cotidiana no suele estar siempre alineada con una conciencia más amplia y profunda, que es la fuente de la intuición. Como el río, la intuición está ahí, pero para llegar a su fuente debemos entrar en el fluir. Sólo así podremos emprender- y seguir- nuestro propio camino intuitivo.

Casi a diario se nos plantean nuevos problemas que requieren soluciones. Te han ofrecido un puesto estupendo en otra empresa, y no sabes si es demasiado bueno para que sea verdad o para no aprovecharlo. O bien acaban de comunicarte que estás despedido y no sabes como reaccionar. ¿Encontrarás algún día al hombre (mujer) de tu vida? ¿O tal vez ya lo (la) has encontrado pero no te has dado cuenta? Sea cual sea el problema, si te dejas llevar por la intuición podrás navegar por las aguas inseguras de tu vida y encontrar el camino hacia la sabiduría interior.

En los últimos años se ha estudiado a fondo la experiencia del fluir, que es el estado en que percibimos la corriente universal. Asociado generalmente con momentos de máxima creatividad, es el estado de conciencia en el que damos automáticamente los pasos acertados, sea con el pensamiento o con la acción, en el fluir desaparecen de repente todos los pensamientos y los sentimientos que nos estorban para ser remplazados por un fluido e intenso estado de concentración.

Todos hemos tenido alguna vez la experiencia del fluir- al leer un buen libro, jugar una partida apasionante de ajedrez o cualquier otra tarea absorbente-. A menudo uno se siente inmerso en un estado de euforia en el cual todo parece encajar y las soluciones te vienen espontáneamente. A pesar de los trabajos de investigación, todavía se sabe muy poco sobre los mecanismos de la experiencia del fluir, que está bajo control del hemisferio derecho del cerebro. A estas alturas (escrito en el año 1.998) la ciencia sólo puede decir que existe y funciona.

Lo primero que debes hacer en busca de la intuición es dejarte llevar, en el sentido literal de la palabra. Una vez empiezas la experiencia del fluir, abandonarás la conciencia normal para elevarte a un nivel superior de conocimiento y comprensión. Percibirás las interconexiones entre la información y la experiencia y podrás extraer de este estado de conciencia valiosas pepitas de intuición.

El fluir conecta toda la conciencia, todos los conocimientos y toda la información y hace manar la intuición. En esencia, la experiencia del fluir te conecta con la fuente de todas las respuestas.







EJERCICIO PARA EL ENCUENTRO CON TU ALMA GEMELA

(Texto sacado del libro “Almas gemelas, encuentro y búsqueda. Dulce Regina)


Con el sincero de encontrar a mi alma gemela y ayudarla a evolucionar en el plano cósmico, relajo mi cuerpo y mi mente y siento como subo por un haz de luz dorada, la luz de la sabiduría divina, la Luz de Dios. Este haz de luz me lleva más allá de las nubes. Empiezo a sentirme en un jardín cósmico, un jardín muy florido. Camino por él, visualizo una puerta con guirnaldas de flores de colores y siento que mi alma gemela está justo detrás de ella. Camino por una alameda florida, y al final de ella, veo una capilla de cristal rosado con una gruta. Entro, me arrodillo a los pies del maestro Jesús y digo: “Dios Padre Todopoderoso, que me has creado a tu imagen y semejanza, junto con mi complemento Divino, de quién me separé para que pudiéramos evolucionar, estamos `preparados para reencontrarnos aquí en la Tierra, para vivir el amor en su plenitud, y juntos cumplir nuestra misión y ser felices .Llevaremos nuestro ejemplo a otras personas, haremos que sientan que es posible, aquí en la Tierra, la felicidad plena y total, y les diremos que deben buscarla. Sé que es Tu voluntad que ese encuentro tenga lugar, para que así podamos iniciar nuestro proceso de felicidad y armonía en la Nueva Era. Seremos un ejemplo de equilibrio, paz, amor, alegría, unión, salud e iluminación divina”.

En este momento siento que mi alma gemela entra en la capilla de cristal rosado, me levanto y los dos caminamos en la misma dirección. Nos miramos a los ojos y nos convertimos en uno solo en cuerpo, alma y espíritu. Experimentamos la misma emoción, el éxtasis de reencuentro. Nos reconoceremos por la mirada, por el contacto, por las manos. Nos abrazamos. Siento que me vuelvo a encontrar con la mitad perdida de mi ser, y andamos ahora, el uno junto al otro, de la mano, hasta el altar, donde nos arrodillamos ante Jesús y Nuestra Señora. Y en este momento tiene lugar el matrimonio cósmico entre nosotros dos. Jesús deposita en mi corazón, el triángulo de la Luz, con el vértice hacia abajo, y en el pecho de mi alma gemela, el mismo triángulo con el vértice hacia arriba. Cuando nos abrazamos, se forma la estrella de seis puntas, que simboliza el encuentro verdadero, en cuerpo, alma y espíritu. Juntos en la Tierra (el triángulo con el vértice hacia abajo) y juntos en el Cielo (el triángulo con el vértice hacia arriba); este es el verdadero encuentro del amor. Jesús nos bendice y empezamos a irradiar energía amorosa hacía el planeta. Todo aquel que se acerque sentirá esa vibración, que calmará, curará e luminará en el momento que se entra en nuestra banda de radiación de amor. Me despido ahora de mi Alma Gemela con un fuerte abrazo. Doy gracias a Dios por este encuentro y vuelvo, lentamente al plano de la Tierra.


(Realiza siempre este ejercicio del encuentro con tu alma gemela, y entrégate, a la misión espiritual que debes realizar junto con ella, para que ese encuentro tenga un objetivo más importante, que vaya más allá de la satisfacción egoista.)