lunes, 19 de enero de 2009

VII EL CARRO




Palabras clave: Cáncer; nuevos comienzos, cambio a mejor, introspección, meditación, camino espiritual.

El auriga está sentado en su carro estacionado, en postura de meditación. Lleva una armadura dorada y mira completamente absorto en el Santo Grial, que gira en sus manos. Este es un símbolo de la Fortuna. El conductor del carro sospesa con cuidado todas las posibles consecuencias antes de iniciar algo nuevo. Pero una vez que se decide a emprender un viaje, no hay nada que lo pueda detener. Nada lo puede parar.

Esta carta es una indicación general sobre un viaje o una nueva fase en la vida (relación, residencia, trabajo). No hay que precipitarse al tomar decisiones. Todo debe examinarse y prepararse con cuidado. No obstante una vez que se hayan considerado detalladamente todas las consecuencias, la partida no debe retrasarse innecesariamente. Todo apunta a un desarrollo agradable.

La armadura del auriga está hecha de oro y tiene diez cristales incrustados. Al igual que Cáncer, el cangrejo proporciona una coraza protectora, pero esta apoya actualmente la transformación (oro) y la necesidad de claridad (cristales). Los periodos de transición y los nuevos comienzos requieren la protección y el apoyo de un entorno afectuoso y comprensivo. Los cambios inminentes van acompañados de emoción y agitación. Por eso han de evitarse las relaciones descuidadas, caóticas o faltas de amor.

Cada nuevo comienzo dejamos atrás la aburrida rutina de la vida cotidiana. La inspiración y las ideas espirituales se multiplican y expanden nuestro ámbito de actividad (círculos concéntricos azules en el fondo). Nos encontramos ahora en buena posición para emprender y realizar varias actividades a la vez. La diversidad de las tareas es emocionante y enriquecedora. A pesar de nuestra gran actividad. Seguimos siendo fieles a nuestros ideales más altos. El camino en que se encuentra el Carro está pavimentado en oro. Es el camino real de la búsqueda de nuestra propia metamorfosis interior.
Las cuatro esfinges (toro, león, hombre y águila) son las fuerzas que ponen al Carro en movimiento. Sus cabezas y sus cuerpos se han intercambiado y se apoyan mutuamente. Si vigilamos nuestra meta, todo lo que nos pase nos ayudará a progresar. La confianza en nuestro poder y nuestra verdad interior se vuelve más grande y profunda.

Interpretación: Un cambio inminente promete una feliz mejora en tu vida. Prepárate y controla tus relaciones actuales. Dejaras atrás algunas de ellas.

Pregunta: ¿Qué áreas de tu vida están cambiando? ¿Estás preparado para acabar con lo viejo y hacer sitio a lo nuevo?

Sugerencia: Busca y crea un entorno afectuosos y comprensivo para ti mismo. Una vez que lo hayas encontrado, planifica tu cambio o tu viaje. Tu cuerpo también necesita atención y purificación.
Afirmación: Organizaré mi vida y me prepararé para un nuevo comienzo.

INTRODUCCIÓN AL SILENCIO

(Texto sacado del libro” La Revolución del Silencio”, el pasaje a la No-Dualidad de Consuelo Martín, Dra. En Filosofía)



Una investigación nueva

Investigar en el silencio es algo que escapa a lo establecido y aceptado en los ámbitos mentales. Por ello una investigación así requiere una actitud lúcida y tan sutil que pueda descubrir la verdad en el instante en que se crea. Cuando se hace así no hay nadie que enseñe algo para que otros lo apliquen a su vida y vivan mejor. El bagaje de conocimientos que integra el proceso de la mente pensante es justo lo que nos proponemos deshacer.

Intentaremos romper la ilusión que hemos puesto en los saberes del pasado para guiar nuestra conducta. Y quizá sea posible descubrir en un instante lúcido la realidad del silencio en relación a la acción espontánea.

Lo importante en el camino de la realización de un ser humano es el momento de descubrir la verdad. A partir de entonces sobran todas las normas y experiencias del pasado. No se necesita recopilar la información para adaptarla a situaciones concretas del vivir. Las técnicas terminan su utilidad en el ámbito de lo técnico.
¿Que sentido tiene aplicar la astucia de lo temporal al espacio infinito de la vida atemporal? Para descubrir lo que es el silencio en relación a la esencia de nuestro vivir no necesitamos teorías científicas, psicológicas, modernas o antiguas.

El momento en que se descubre algo de lo que no se había tomado conciencia, el momento de darse cuenta es lo esencial. El nacimiento de algo nuevo es lo único valioso para renovar nuestra vida. Y si cada uno de nosotros estamos atentos para que esto suceda en nuestra conciencia, habremos hecho un camino directo de penetración en la realidad.

¿QUE ES EL SILENCIO?

Llamamos silencio al preámbulo de la lucidez. Silenciar es acallar lo conocido, lo que ya ha caído en la confusión de los opuestos pensados. Por eso el silencio de las representaciones, de la interpretación relativa, es imprescindible para descubrir la plenitud de la lucidez. Y la lucidez no toma en cuenta el pasado. Es una conmoción, una revolución para la memoria repetitiva.

La astucia se mueve entre lo viejo ya sabido, la eficacia técnica también. Pero ahí, como en todo conocimiento empírico o sensorial, solo encontramos, en un último análisis, cierto intercambio de datos que se relacionan según reglas, sean físicas o sociales. Así las ciencias describen una interpretación de la realidad, entre las muchas posibles. Mientras que en el silencio es una lúcida apertura a lo real a lo desconocido.

El silencio es una música inteligente, callada sí, como se dijo, pero no muda. Porque en el silencio surge la inteligencia creadora, esa fuerza trascendente e inmanente que transforma la existencia humana.

Y la plenitud del silencio se puede expresar en palabras que impulsen sentimientos y acciones en creación incesante. Pero vivirla es ante todo dar paso a una revelación que es una revolución.

APRENDER A ESCUCHAR EL SILENCIO

Al adentrarnos en el silencio se irá deshaciendo la visión relativa, el conocer como relación entre representaciones pensadas. Y es entonces cuando se descubrirá aquello que para e pensamiento relacional es imposible: la presencia de lo uno, la unidad de conciencia. Y eso es una revolución total en nuestra vida, abierta a la plenitud del ser.

Desde el silencio sabremos que todo lo que percibimos en el estado de conciencia dual no son sino maneras relativas de ver la única realidad absoluta. Mientras nos adentremos en el silencio dejaremos los métodos y los esfuerzos para conseguir ser algo en particular o vivir mejor. Y ha de ser así porque el silencio no es una cosa que pueda conocerse y adquirirse en el mercado de las convenciones ya sabidas y repetidas.

Aprender a escuchar el silencio es aprender a ser y vivir con autenticidad. Sólo lo auténtico es bello, por lo que la vida vivida desde la contemplación silenciosa de lo real es expresión espontánea de la belleza.

LA BELLEZA DEL SILENCIO


El silencio hace posible la melodía de la belleza, una melodía siempre viva pero habitualmente oculta tras las inquietudes que forman el ruido psicológico. Mientras escuchamos música aprendemos a escuchar el silencio, tamizado por el tiempo.

Los momentos de temporalidad inteligentemente seleccionados por los sonidos, destacan el silencio profundo que subyace en lo atemporal. Entonces el tiempo adquiere una dimensión nueva: la de la armonía y la belleza que inmoviliza nuestro ajetreo pensante.

Hablamos del arte nacido de la inspiración. Pero la belleza de lo real, la verdadera melodía de nuestro ser aún no se ha escuchado. Ni nadie podrá hacerlo jamás, ya que para escucharla es necesario serla y antes de que eso suceda ha tenido que desaparecer el “alguien”, el yo separado. La verdadera música del silencio estará siempre por descubrir hasta que se produzca la revolución primordial la disolución del yo separado de la belleza de la verdad.

Vivimos la belleza por alusiones a través del arte, la poesía o alguna situación puntual del vivir que nos empuje a dejar de soñar. Pero no podemos escuchar directamente la melodía del silencio sin desaparecer junto a nuestro mundo pensado.

El aprendizaje es una atención vigilante, es escuchar la plenitud del ser allí donde nada hay. Donde no aparecen cosas en que pensar, la presencia de lo verdadero se revela como lo único.

"EL KYBALIÓN, 3 Iniciados


I. La filosofía Hermética




“Los labios de la sabiduría permanecen cerrados, excepto para el oído capaz de comprender”
El Kybalión

Durante el Antiguo Egipto llegaron las enseñanzas fundamentales y secretas que tan fuertemente han influido en los sistemas filosóficos de todas las razas y de todos los pueblos, durante centurias enteras. Egipto, patria de las pirámides y de la Esfinge, fue la cuna de la Sabiduría Secreta y de las doctrinas místicas. Todas las naciones han sacado la suyas de sus doctrinas esotéricas. La India, Persia, Caldea, China, Japón, Asiria, la antigua Grecia y Roma, y otros no menos importantes países, se aprovecharon libremente de las doctrinas formuladas por los hierofantes y Maestros de la tierra de Isis, conocimientos que solo eran transmitidos a los que estaban preparados para participar de lo oculto.

Fue también en el antiguo Egipto donde vivieron los grandes adeptos y Maestros que nadie después ha superado, y que rara vez fueron igualados en las centurias que han transcurrido desde los tiempos del Gran Hermes. Egipto fue la residencia de la Gran Logia de las fraternidades místicas. Por las puertas de su templo entraron todos los neófitos que, convertidos más tarde en Adeptos, Hierofantes y Maestros, se repartieron por todas partes llevando consigo el precioso conocimiento que poseían y deseando hacer partícipe de él a todo aquel que estuviera preparado para recibirlo. Ningún estudioso del ocultismo puede dejar de reconocer la gran deuda que tiene contraída con aquellos venerables Maestros de Egipto.

Pero entre esos grandes adeptos existió uno al que los demás proclamaron “El Maestro de los Maestros”. Este hombre, si es que puede llamarse “hombre” a un ser semejante, vivió en Egipto en la más remota antigüedad y fue conocido bajo el nombre de Hermes Trismegisto. Fue el padre de la sabiduría, el fundador de la astrología, el descubridor de la alquimia. Los detalles de su vida se han perdido en la historia, debido al inmenso espacio de tiempo transcurrido desde entonces. La fecha de su nacimiento en Egipto, en su última encarnación en este planeta, no se conoce ahora, pero se ha dicho que fue contemporáneo de las más antiguas dinastías de Egipto, mucho antes de Moisés. Las autoridades en la materia lo creen contemporáneo de Abraham, y en alguna de las tradiciones judías se llega a afirmar que Abraham obtuvo del mismo Hermes muchos de los conocimientos que poseía.

Después de haber transcurrido muchos años desde su muerte (la tradición afirma que vivió trescientos años), los egipcios lo deificaron e hicieron de él, uno de sus dioses, bajo el nombre de Toth. Años después los griegos hicieron también de él otro de sus dioses y lo llamaron “Hermes, el dios de la sabiduría”. Tanto los griegos como los egipcios reverenciaron su memoria durante centurias enteras, denominándole el “inspirador de los dioses”, y añadiéndole su antiguo nombre “Trismegisto”, que significa “tres veces grande”. Todos estos antiguos países lo adoraron, y su nombre era sinónimo de “fuente de sabiduría”.

Aún en nuestros días usamos el término “hermético” en el sentido de “secreto”, “reservado”, etc., y esto es debido a que los hermetistas habían siempre observado rigurosamente el secreto de sus enseñanzas. Si bien entonces no se conocía aquello de “no echar perlas a los cerdos”, ellos siguieron su norma de conducta especial que les indicaba “dar leche a los niños y carne a los hombres”, cuyas máximas son familiares a todos los lectores de las escrituras bíblicas, máximas que, por otra parte, habían sido ya usadas muchos siglos antes de la Era Cristiana.

Y esta política de diseminar cuidadosamente la verdad ha caracterizado siempre a los hermetistas, aún en nuestros días. Las enseñanzas herméticas se encuentran en todos los países y en todas las religiones, pero nunca identificadas con un país en particular ni con secta religiosa alguna. Esto es debido a la prédica que los antiguos instructores hicieron para evitar que la Doctrina Secreta, se cristalizara en un credo. La sabiduría de esta medida salta a la vista de todos los estudiantes de historia. El antiguo ocultismo de la India y de Persia degeneró y se perdieron sus conocimientos, debido a que los instructores se habían convertido en sacerdotes y mezclaron la teología con la filosofía, siendo su inmediata consecuencia que perdieron toda su sabiduría, que acabó por transformarse en una cantidad inmensa de supersticiones religiosas, cultos, credos y dioses. Lo mismo pasó con las enseñanzas herméticas de los gnósticos cristianos, enseñanzas que se perdieron por el tiempo de Constantino, quién mancilló la filosofía mezclándola con la teología, y la iglesia cristiana perdió entonces su verdadera esencia y espíritu, viéndose obligada a andar a ciegas durante varios siglos, sin que hasta ahora haya encontrado su camino, observándose actualmente que la iglesia cristiana está luchando nuevamente por aproximarse a sus antiguas enseñanzas místicas.

Pero siempre han existido unas cuantas almas que conservaron viva la llama, alimentándola cuidadosamente y no permitiendo que se extinguiera su luz. Y gracias a estos firmes corazones y a esas mentes de extraordinario desarrollo tenemos aún la verdad con nosotros. Más no se encuentra en los libros. Ella ha sido transmitida del Maestro al discípulo, del iniciado al neófito, de los labios a los oídos. Si alguna vez se ha escrito algo sobre ella, su significado ha sido cuidadosamente velado con términos de astrología y alquimia, de tal manera que sólo los que poseían la clave podían creerlo correctamente. Esto se hizo necesario a fin de evitar las persecuciones de los teólogos de la Edad Media, quienes luchaban contra la Doctrina Secreta a sangra y fuego. Aún en nuestros días nos es dable encontrar algunos libros valiosos de Filosofía Hermética, pero la mayor parte se han perdido. Sin embargo, la filosofía Hermética es la única clave maestra que puede abrir las puertas a todas las enseñanzas ocultas.

En los primeros tiempos existió una compilación de ciertas doctrinas herméticas que eran las bases fundamentales de toda la Doctrina secreta, y que habían sido, hasta entonces, transmitidas del instructor al estudioso. Compilación que fue conocida bajo el nombre de “El Kybalión”, cuyo exacto significado se perdió durante centenares de años. Sin embargo, algunos que han recibido sus máximas de los labios a los oídos las comprenden y las conocen. Sus preceptos no habían sido escritos nunca hasta ahora. Son simplemente, una serie de máximas y axiomas que luego eran explicados y ampliados por los Iniciados. Estas enseñanzas constituyen los principio básicos de la “alquimia hermética”, la cual, contrariamente a lo que se cree, está basada en el dominio de las fuerzas mentales más que en el de los elementos materiales; en la transmutación de una clase de vibraciones mentales, en otras, más que en el cambio de una clase de metal en otro. La Leyenda acerca de la piedra filosofal, que convertía todos los metales en oro, era una alegoría relativa a la filosofía Hermética, alegoría que era perfectamente comprendida por todos los discípulos a los pies de Hermes, el Maestro. Transcribimos aquí muchas de sus máximas y preceptos de “EL Kybalión”.

Dice “El Kybalión”:

“Dondequiera que estén las huellas del Maestro, allí los oídos del que está pronto para recibir sus enseñanzas se abren de par en par”.

“Cuando el oído es capaz de oír, entonces vienen los labios que han de llenarlos con sabiduría”.

1º Principio Hermético, El principio del Metalismo.

“El TODO es Mente; el universo es mental”