
EJERCICIO PARA EL ENCUENTRO CON TU ALMA GEMELA
(Texto sacado del libro “Almas gemelas, encuentro y búsqueda. Dulce Regina)
Con el sincero de encontrar a mi alma gemela y ayudarla a evolucionar en el plano cósmico, relajo mi cuerpo y mi mente y siento como subo por un haz de luz dorada, la luz de la sabiduría divina, la Luz de Dios. Este haz de luz me lleva más allá de las nubes. Empiezo a sentirme en un jardín cósmico, un jardín muy florido. Camino por él, visualizo una puerta con guirnaldas de flores de colores y siento que mi alma gemela está justo detrás de ella. Camino por una alameda florida, y al final de ella, veo una capilla de cristal rosado con una gruta. Entro, me arrodillo a los pies del maestro Jesús y digo: “Dios Padre Todopoderoso, que me has creado a tu imagen y semejanza, junto con mi complemento Divino, de quién me separé para que pudiéramos evolucionar, estamos `preparados para reencontrarnos aquí en la Tierra, para vivir el amor en su plenitud, y juntos cumplir nuestra misión y ser felices .Llevaremos nuestro ejemplo a otras personas, haremos que sientan que es posible, aquí en la Tierra, la felicidad plena y total, y les diremos que deben buscarla. Sé que es Tu voluntad que ese encuentro tenga lugar, para que así podamos iniciar nuestro proceso de felicidad y armonía en la Nueva Era. Seremos un ejemplo de equilibrio, paz, amor, alegría, unión, salud e iluminación divina”.
En este momento siento que mi alma gemela entra en la capilla de cristal rosado, me levanto y los dos caminamos en la misma dirección. Nos miramos a los ojos y nos convertimos en uno solo en cuerpo, alma y espíritu. Experimentamos la misma emoción, el éxtasis de reencuentro. Nos reconoceremos por la mirada, por el contacto, por las manos. Nos abrazamos. Siento que me vuelvo a encontrar con la mitad perdida de mi ser, y andamos ahora, el uno junto al otro, de la mano, hasta el altar, donde nos arrodillamos ante Jesús y Nuestra Señora. Y en este momento tiene lugar el matrimonio cósmico entre nosotros dos. Jesús deposita en mi corazón, el triángulo de la Luz, con el vértice hacia abajo, y en el pecho de mi alma gemela, el mismo triángulo con el vértice hacia arriba. Cuando nos abrazamos, se forma la estrella de seis puntas, que simboliza el encuentro verdadero, en cuerpo, alma y espíritu. Juntos en la Tierra (el triángulo con el vértice hacia abajo) y juntos en el Cielo (el triángulo con el vértice hacia arriba); este es el verdadero encuentro del amor. Jesús nos bendice y empezamos a irradiar energía amorosa hacía el planeta. Todo aquel que se acerque sentirá esa vibración, que calmará, curará e luminará en el momento que se entra en nuestra banda de radiación de amor. Me despido ahora de mi Alma Gemela con un fuerte abrazo. Doy gracias a Dios por este encuentro y vuelvo, lentamente al plano de la Tierra.
(Realiza siempre este ejercicio del encuentro con tu alma gemela, y entrégate, a la misión espiritual que debes realizar junto con ella, para que ese encuentro tenga un objetivo más importante, que vaya más allá de la satisfacción egoista.)
(Texto sacado del libro “Almas gemelas, encuentro y búsqueda. Dulce Regina)
Con el sincero de encontrar a mi alma gemela y ayudarla a evolucionar en el plano cósmico, relajo mi cuerpo y mi mente y siento como subo por un haz de luz dorada, la luz de la sabiduría divina, la Luz de Dios. Este haz de luz me lleva más allá de las nubes. Empiezo a sentirme en un jardín cósmico, un jardín muy florido. Camino por él, visualizo una puerta con guirnaldas de flores de colores y siento que mi alma gemela está justo detrás de ella. Camino por una alameda florida, y al final de ella, veo una capilla de cristal rosado con una gruta. Entro, me arrodillo a los pies del maestro Jesús y digo: “Dios Padre Todopoderoso, que me has creado a tu imagen y semejanza, junto con mi complemento Divino, de quién me separé para que pudiéramos evolucionar, estamos `preparados para reencontrarnos aquí en la Tierra, para vivir el amor en su plenitud, y juntos cumplir nuestra misión y ser felices .Llevaremos nuestro ejemplo a otras personas, haremos que sientan que es posible, aquí en la Tierra, la felicidad plena y total, y les diremos que deben buscarla. Sé que es Tu voluntad que ese encuentro tenga lugar, para que así podamos iniciar nuestro proceso de felicidad y armonía en la Nueva Era. Seremos un ejemplo de equilibrio, paz, amor, alegría, unión, salud e iluminación divina”.
En este momento siento que mi alma gemela entra en la capilla de cristal rosado, me levanto y los dos caminamos en la misma dirección. Nos miramos a los ojos y nos convertimos en uno solo en cuerpo, alma y espíritu. Experimentamos la misma emoción, el éxtasis de reencuentro. Nos reconoceremos por la mirada, por el contacto, por las manos. Nos abrazamos. Siento que me vuelvo a encontrar con la mitad perdida de mi ser, y andamos ahora, el uno junto al otro, de la mano, hasta el altar, donde nos arrodillamos ante Jesús y Nuestra Señora. Y en este momento tiene lugar el matrimonio cósmico entre nosotros dos. Jesús deposita en mi corazón, el triángulo de la Luz, con el vértice hacia abajo, y en el pecho de mi alma gemela, el mismo triángulo con el vértice hacia arriba. Cuando nos abrazamos, se forma la estrella de seis puntas, que simboliza el encuentro verdadero, en cuerpo, alma y espíritu. Juntos en la Tierra (el triángulo con el vértice hacia abajo) y juntos en el Cielo (el triángulo con el vértice hacia arriba); este es el verdadero encuentro del amor. Jesús nos bendice y empezamos a irradiar energía amorosa hacía el planeta. Todo aquel que se acerque sentirá esa vibración, que calmará, curará e luminará en el momento que se entra en nuestra banda de radiación de amor. Me despido ahora de mi Alma Gemela con un fuerte abrazo. Doy gracias a Dios por este encuentro y vuelvo, lentamente al plano de la Tierra.
(Realiza siempre este ejercicio del encuentro con tu alma gemela, y entrégate, a la misión espiritual que debes realizar junto con ella, para que ese encuentro tenga un objetivo más importante, que vaya más allá de la satisfacción egoista.)
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